Esta es una recreación de un mundo fantástico al atardecer.
En base a esto, hoy os presentamos una nueva entrega de microrrelatos del misterio, de los que ya conocéis las normas: menos de 100 palabras, en una historia que pueda inspiraros la fotografía de este post y que debe empezar con la siguiente frase:
Al atardecer…
Este es nuestro microrrelato:
Al atardecer del segundo día después del ataque, decidí bajar de la montaña. La visión de la aldea de mi familia sin la vida que siempre había me dejó mudo. Hasta los pájaros parecían haber dejado de cantar. El sol naranja desbordaba mis ojos de venganza. En aquel momento decidí alistarme a la causa del ejército de los Donhj. Ellos habían llevado la locura a nuestro mundo, pero no fueron ellos los que habían masacrado a mi familia. Ascendería en el escalafón militar a lo más alto y pondría fin a toda esta guerra. Lo haría con el veneno secreto de mi familia…
Ufopolis 2013
AL ATARDECER cuando el sol atraviesa el horizonte y se hace invisible, unos pocos y privilegiados aldeanos logran divisar por segundos el mágico destello verde ,un rayo verde que ningún artista podría jamas igualar.Si hay un verde en el paraíso, claramente seria reconocido este como tal.Desde lo alto divisaba ansioso y cansado ese humo tan propio de mi choza. El ocaso era para mi la mejor manera de finalizar el día, las nubes de fuego formaban en el cielo, de azul cobalto un espejismo que no dejaba divisar el nacimiento de las primeras estrellas, los perros ladraban eufóricos por mi retorno reconocían desde lejos mi andar, el corazón latía fuerte, sabia que mis hijos vendrían por mi.El atardecer y el abrazo diario eran para mi uno solo, ambos se conjugaban en perfecta armonía,en ese breve instante teníamos siempre todos juntos los pies en el suelo y los ojos en el cielo. Esa choza redonda de arcilla que te refugiaba de la lluvia y la tempestad , ese delicioso olor a pan recién horneado por aquella hermosa y gentil mujer, era mi hogar… mi refugio… mi VIDA .
Al atardecer, las tres intrépidas guerreras se despidieron de los habitantes de la habitualmente soleada y, ahora, desolada ciudad. Tras una semana de incesante lucha, cientos de cuerpos despedazados yacían en los campos que rodeaban la población, otorgándole un aspecto terrorífico al lugar. El semblante de los supervivientes era de seria preocupación, sabían que tras la marcha de aquellas mujeres volverían a sentirse indefensos, sin fuerzas para luchar. Comprendían la necesidad de volver a sus hogares y proteger a sus seres queridos; pero también tenían la certeza de que sin nadie entre ellos que gobernara la magia el futuro se les presentaría despiadado y cruento, tanto como lo eran las abominables criaturas que desde hacía un mes no paraban de emerger en las costas de la región.